FUNDADOR

"Los Comienzos de un buen hombre"

Padre Antonio María
Hernández Hernández

    El Padre Antonio fue conocido no solo en Tenerife sino también en el resto del territorio nacional por vender «Pedacitos de Cielo» a cambio de un donativo. Una idea original con la que consiguió hacer realidad su sueño, proporcionar un Hogar a todas las personas mayores que se encontraran en una situación de desamparo o que vivieran en condiciones inhumanas.

    Las conversaciones que se mantenían en Punta Brava trataban sobre el Padre Antonio. En cualquier rincón de la iglesia o de la plaza se repetían una y otra vez las mismas palabras: «Se marchó un hombre bueno, un Santo».

    Sin embargo,la tristeza y las lágrimas también dieron lugar a que muchos recordaran las anécdotas que habían vivido junto a él. «Una vez conseguimos llenar tres guaguas con gente en un día, y nos fuimos a Candelaria», comentó el actual presidente de la Fundación Canaria Hogar Santa Rita, Roque Silva Falcón.

    Muchos saben que el Padre Antonio tenía un gran poder de convocatoria o que se desvivía por el bienestar de los demás, pero lo que no es tan conocido son la cantidad de oficios a las que se dedicó antes de ordenarse sacerdote. Así trabajó como carpintero, tapicero y hasta se dedicó al boxeo.

    «Hizo una labor social encomiable y le preocupaba mucho que su proyecto continuara adelante con esta iniciativa.

    «He venido a decirle adiós», manifestó una vecina de Punta Brava, el día de su adios al Cielo, «Era un hombre maravilloso. Muchos se sorprendieron cuando empezó a vender parcelas en el cielo pero cuando conoces la importante labor que estaba llevando a cabo,uno se da cuenta de que no solo era un buen hombre sino también un buen cura», destacó.

 

 

 

 

 

 

    El hombre que fundó un «Banco en el Cielo» nació en 1936 en La Orotava, el párroco estudió latín y humanidades en el Seminario de Tenerife. Igualmente realizó estudios con los Capuchinos en Valencia (Venezuela), tras colgar los guantes de boxeo que usó como deportista durante algunos años. Fue ordenado sacerdote en el año 1973, por el entonces obispo Luis Franco Cascón en la Parroquia Orotavense de la Concepción. También fue párroco en El Hierro, concretamente en la zona de San Andrés, el Pinar, Isora y La Restinga; vicario sustituto en la Concepción de Valverde. En 1975, fue nombrado párroco de Santa Rita, Punta Brava, en el Puerto de la Cruz y comenzó su lucha por construir un Hogar para los mayores y un centro en el que se pudieran investigar la enfermedad del Alzheimer.

    «Lo más importante para él eran sus abuelos, que ellos estuvieran bien, y también que el personal que trabaja en los centros pudiera cobrar a final de mes. A pesar de que esto supusiera que él se quedara sin comer», manifestó el actual Presidente de la Fundación Canaria Hogar Santa Rita.

     Muchas personas, se preguntaban si el proyecto iniciado por el Padre Antonio va a continuar en el tiempo. Don Roque Silva, despejó la duda. «El padre Antonio dejó las cosas bien hechas y nosotros vamos a continuar con su legado porque hay mucha gente buena y muchas personas que están por la labor».

    Tras poner en marcha el proyecto de Santa Rita, el Padre Antonio se planteó un nuevo reto: construir un centro en el se investigara el Alzheimer. Quizás desde el Pedacito de Cielo en el que ya descansa el Padre Antonio pueda ver algún día como se hace realidad uno de sus últimos sueños: la puesta en marcha del centro para la investigación del Alzheimer.